Este espacio nació como un desafío relámpago de dos semanas: dar forma, en tiempo récord, a un lugar pensado como un verdadero “respiro” dentro del evento.
Se realizó un diseño express, que sirvió de base para coordinar con proveedores ya confirmados y sumar rápidamente aliados estratégicos. Cada uno aportó lo necesario para dotar al espacio de calidez, vida y funcionalidad, convirtiéndolo en un rincón disfrutable para todo el público.
El resultado es una propuesta que reúne colaboraciones clave, dando forma a un espacio que invita a quedarse. La música envuelve el ambiente y acompaña la experiencia, transformando cada visita en un pequeño recreo para los sentidos.
En medio del ritmo del recorrido, Pulso aparece como un gesto sencillo y necesario: una invitación a detenerse.
Es un instante de pausa donde el cuerpo se suelta, la mente baja el volumen y la experiencia se asienta; un respiro compartido que reencuentra el ritmo interno con lo esencial.
Porque a veces, lo más humano que podemos hacer… es simplemente frenar un momento.