Significa “lugar de vida” en guaraní. Evoca comunidad, identidad y pertenencia. Corto, sonoro y con fuerte raíz cultural.
Proyecto “Tekohá” nace del deseo de honrar la identidad Misionera y crear un punto de encuentro donde la arquitectura, la naturaleza y la cultura se abracen.
Desde el ingreso, un gran portal que reversiona la piedra autóctona, nos da la bienvenida.
No es solo una entrada: es un símbolo. Nos conecta con la tierra, con nuestras raíces y con ese espíritu cálido y comunitario que define a Misiones. Actúa como umbral entre el ritmo urbano y el mundo natural y lo convierte en un gesto escultórico.
Cada material fue elegido con intención al igual que la paleta de colores, nada está puesto al azar. La piedra presente en lugares estratégicos y la madera nativa de acabados naturales recorren pisos, mobiliarios y revestimientos. Ambos materiales con un fuerte sentido de arraigo.
Los cerramientos y divisiones interiores se realizan con materiales transparentes o livianos, como policarbonato o textiles, generando continuidad visual y fluidez espacial que aprovechan la luz natural y borran los límites entre interior y exterior.
La gran barra central, hecha en piedra y coronada con una gran lámpara de arcilla regional es el corazón del lugar. Allí pasan las cosas importantes: una charla, una copa, una pausa.
Tekohá es una experiencia sensorial. Lo que ves, lo que tocás, lo que sentís… todo habla de lo que somos. Desde los aromas de la cocina regional hasta los sonidos del entorno natural y la textura de los materiales nobles, es volver a lo esencial.
Se incorporan también elementos artesanales y decorativos que reflejan el valor de la producción Misionera y su creatividad.
Deseamos que al salir de Tekohá te lleves algo más que un recorrido: que te quede una emoción y una memoria viva del lugar.